Después de una vida con la danza, me he dado cuenta que la danza es meditación en movimiento, un caminar hacia el silencio en donde cada movimiento se transforma en un rezo.

- Bernhard Wosien

Entregarme sin perderme ha sido una de las mayores enseñanzas que me han regalado las danzas circulares. En ellas descubrí el verdadero sentido de comunidad, el valor de compartir sin juicios, de soltar la exigencia de perfección y abrir espacio al error como parte del juego y el aprendizaje.

Las danzas circulares sagradas nos conectan con distintas culturas y tradiciones, pero, sobre todo, nos recuerdan lo profundamente humanos que somos. En el círculo se disuelven fronteras y emerge lo común, lo esencial: el vínculo con la vida y con todos los seres vivos.

A través de estas danzas, no solo te moverás: aprenderás de ti, de tus límites, de tu capacidad de entrega y gozo, de tu manera de estar con otros. Cada paso se convierte en una meditación compartida, en una práctica de presencia y conexión profunda.