“Cuando una mujer se convierte en narradora de su historia, recupera el poder sobre su vida”.
- Clarissa Pinkola Estés
Escribir desde el alma, sin filtros ni correcciones, es una forma de volver a ti. Cuando sueltas el control y dejas que las palabras fluyan tal como vienen, permites que tu verdad tome forma, respire, se exprese.
Así es como comenzamos a escuchar de verdad lo que nos habita, sin el ruido de lo aprendido, sin las creencias heredadas.
Escribir es un acto de valor y de liberación. Es mirarte sin máscaras, nombrar lo que duele, lo que late, lo que se esconde. Es darle voz a tu mundo interno para liberar el cuerpo, calmar la mente y sanar el corazón. Es un acto de valentía, y sin duda de sanación.
Estos círculos son una invitación a escribirte, a encontrarte, y a descubrir lo que puede emerger cuando te das permiso de ser, palabra por palabra.