¿Para qué un círculo de mujeres?

¿Para qué un círculo de mujeres?

“Cuando un círculo de mujeres se forma con intención y corazón, se convierte en un recipiente sagrado para el alma. Una mujer cambia, y eso cambia al mundo.”

Jean Shinoda Bolen


A lo largo de la vida, es probable que te hayas cruzado con mujeres que, desde un lenguaje aprendido en un mundo patriarcal, fueron competitivas, poco compasivas o incapaces de ver en otras mujeres una aliada, una hermana. Tal vez tú misma, en algún momento, también actuaste así —como muchas lo hicimos— porque no conocías otra forma.

Pero también existen esas otras mujeres: generosas, empáticas, solidarias, amorosas. Esas que llegan como bálsamo, que te sanan con su presencia, con su palabra, con su forma de estar. Mujeres que puedes llamar amigas o incluso hermanas del alma.

En mi experiencia, he encontrado en muchas mujeres una escucha profunda, un sostén amoroso y una nueva comprensión de lo que significa ser mujer hoy. Y algunas de ellas las conocí en círculos de mujeres.

Me encanta la diversidad que hay en esos espacios: mujeres mayores, otras muy jóvenes; algunas con hijos humanos, otras con hijos del reino vegetal o animal; unas casadas, otras solteras, divorciadas, viudas; algunas trabajan en empresas, otras por su cuenta. Y, sin embargo, cuando nos miramos a los ojos, te das cuenta de que, en el fondo, somos más parecidas de lo que creías.

¿De dónde nacen los círculos de mujeres?

Los círculos de mujeres no tienen una única creadora ni una fecha de origen. Son una práctica ancestral, universal. Desde hace siglos, las mujeres de diversas culturas —nativas americanas, celtas, africanas, indígenas australianas y latinoamericanas— se reunían en círculo para compartir, sanar, celebrar y acompañarse.

En la época moderna, una de las voces que más ha impulsado el resurgir de estos espacios es Jean Shinoda Bolen, médica, psiquiatra y analista junguiana. En su libro El millonésimo círculo, ella plantea que cuando un número suficiente de mujeres se reúna en círculos conscientes, se producirá un cambio colectivo en la conciencia del planeta.

Otras mujeres también han influido en esta reconexión femenina, aunque no hablen directamente de círculos:

  • Clarissa Pinkola Estés, autora de Mujeres que corren con los lobos, te invita a reencontrarte con tu alma intuitiva, salvaje y profunda.
  • Miranda Gray, conocida por su trabajo con el ciclo menstrual y la energía uterina, ha creado encuentros alrededor de la Bendición del Útero, donde mujeres de todo el mundo se conectan a través de rituales sagrados.

Desde los años 60 y 70, el renacimiento de los círculos también ha estado ligado al feminismo, al ecofeminismo, a las terapias alternativas y a las espiritualidades femeninas contemporáneas.

 

¿Qué se hace en un círculo de mujeres?

Cada círculo es único, pero todos comparten una intención común: acompañarte en tu proceso de transformación.

Algunos círculos se reúnen para hablar de lo que cada una está viviendo. Otros tienen un tema central para reflexionar o una guía que facilita el espacio. Hay círculos rotativos, en los que cada mujer propone una dinámica o una meditación.

Lo importante no es la forma, sino el fondo: que puedas expresarte sin miedo a ser juzgada, que tengas testigos de tu historia, que te sientas sostenida por otras mujeres, que descubras tu propia voz y sabiduría interna.

 

Es un espacio donde lo personal se vuelve colectivo y lo invisible, visible.

Donde puedes volver a ti.

Donde puedes recordar quién eres.


¿Y si es justo lo que estás necesitando?

Tal vez llevas tiempo con ganas de hablar, de soltar, de compartir algo que no quieres llevar sola. No se trata de una terapia (aunque puede sanar como una), sino de darte el permiso de ser tú, de escuchar a otras, de inspirarte, de descansar en un lugar seguro.


Un círculo de mujeres puede ser el espacio donde encuentres tu tribu.

Donde dejes de sentirte sola.

Donde reconectes contigo y con lo sagrado.


Yo confío en lo que dice Jean Shinoda Bolen:

Cuando un número suficiente de mujeres se reúne en círculos conscientes, se genera una masa crítica capaz de transformar la evolución espiritual y social del planeta.

¿Te animas a probarlo?

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