Más allá de los pasos: la magia de conectar en círculo

Más allá de los pasos: la magia de conectar en círculo

Las danzas circulares no solo te invitan a aprender pasos, melodías e historias de lugares lejanos, o a reconocer en ellas emociones humanas universales. También despiertan tus sentidos con música que te recorre el cuerpo entero, te conecta con algo más grande —con tu dimensión espiritual— y te permite usar el cuerpo, la intuición y la presencia para crear vínculos… cara a cara, mano a mano.

Puede que al principio sientas un poco de pena o vergüenza, que pienses que tienes dos pies izquierdos (créeme, todos los tuvimos al inicio). Incluso podrías llegar al círculo sin tener muy claro por qué estás ahí, tal vez solo porque una amiga te “arrastró” a probar algo nuevo.

Y te confieso algo: para mí, eso siempre ha sido una excelente razón para conocerte un poco más.

Lo importante no es cómo llegas, sino que llegas.

Y estar ahí, en el círculo, ya es una oportunidad para observarte, para preguntarte qué te pasa, para escucharte desde otro lugar.

Cada llegada es un espejo

En los casi 15 años que llevo danzando, he aprendido —y sigo aprendiendo— tanto de quienes se acercan al círculo…

De ti, si vienes solo una vez y descubres que no era para ti, pero te agradeces haberlo intentado.

De ti, si llegas y te enamoras perdidamente de la experiencia.

De ti, si pensabas que ibas a hacer el ridículo y, al final, te sentiste sostenida(o) por el grupo… y todo fluyó.

De ti, si no quieres perderte ni un paso y te das cuenta de que esa necesidad de hacerlo “perfecto” te impide disfrutar.

De ti, si pasabas por ahí, sentiste el llamado… y te atreviste a entrar en la danza.

Es bellísimo atestiguar todo lo que hacemos para vincularnos.

Ese primer paso, esa apertura hacia personas que no conoces, haciendo algo que tal vez nunca habías hecho antes… implica coraje. Implica audacia. Implica un  a ti misma(o).

Cuando te dejas sostener

Las danzas circulares —como cualquier experiencia grupal que te atreves a vivir por primera vez— te muestran mucho sobre lo que eres capaz de ser y hacer cuando llegas con el corazón abierto, dispuesta(o) a vivir la experiencia, a dejarte sostener por el grupo, y a soltar, aunque sea por un rato, tus propios miedos.

Y en ese gesto de apertura, comienza la verdadera danza.

Regresar al blog